Muy buenas noches a todos,
¿Cómo habéis pasado el fin de semana? Por aquí bien pasado por agua y descansando un poquito. Esta noche estoy un poco desvelada y estoy aprovechando para sentarme un ratito en el ordenador para seguir enseñando cosas atrasadas. Este mes de junio voy a estar muy liada porque voy a hacer un curso de repostería con la tallereria de MEUG con Luis. Intentare enseñaros algunas cosas de las que vayamos elaborando pero ya se de antemano que estaré bastante liada. Alguna de las cositas os las iré subiendo a mi página de facebook.
En la entrada de esta noche os voy a enseñar dos tartas de una comunión de este mes de mayo. Una tarta era para los niños del convite y la otra para agasajar a los compañeros del parador de golf por parte de José Antonio.
Me encanta elaborar tartas de chuches, puedes soltarte la melena y de forma sencilla elaborar diversas formas con llamativos colores que además pueden ir acompañada como en este caso por una fofucha, que están tan de moda.
No, no hago fofuchas, en esta ocasión Mariví me la dio para integrarla en la tarta. Con ella se agasajó a los compañeros de Mariví, los trabajadores del campo de golf del parador nacional.
He de confesar que estuve algo confusa con la tarta porque la fofucha era bastante grande y tenía problemas con lo pensaba y sus dimensiones. Creo que al final no quedó mal y Mariví quedó gratamente satisfecha.
La otra tarta fue un libro de comunión que sirvieron en el convite para los niños, y no tan niños porque salió bastante grande.
La tarta estaba diseñada en ordenador con una foto del homenajeado e impresa en papel de azúcar.
Es un bizcocho de vainilla con almíbar de algodón dulce y rellena de buttercream de chocolate y fresas; cubierta de fondant blanco y los cantos pintados en dorado.
Aquí os dejo dos o tres fotos para que la veáis.
Bueno me despido de vosotros, ya es hora de irse a la cama. Os dejo una fotito del desierto de Wadi Rum, precioso y fantástico lugar.
Que descanséis y tengáis una dulce semana.